En definitiva

Es realmente uno mismo quien ha de dar respuesta a su pregunta de cuándo comenzar una terapia. Unas veces es el miedo el que lo impide, otras es el hecho de pensar que uno puede dar con la solución de todo aquello que le ocurre, pero al final la realidad demuestra que, prácticamente siempre, ésta suele ser más benevolente que cualquiera de nuestros miedos. Por tanto, cada persona ha de calibrar cuando ha de dar el paso y hasta que punto está dispuesto a esperar.

 

 

Contacto